Kilimanjaro

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viernes, 6 de septiembre de 2013

Bangkok y vuelta a casa

Después de 17 días volvemos a Bangkok, punto donde iniciamos nuestra aventura. El calor, el bochorno y el caos es el mismo que conocimos en esas pocas horas que pasamos, pero ahora venimos más documentados de dónde ir y qué hacer en los últimos 2 días de viaje.

Así reservamos días antes por booking un hotel con piscina (Rikka Inn Hotel) en la zona de Khao San Road, un par de calles de backpackers donde se concentran cientos de hoteles, tiendas y restaurantes por el día, y bares y clubs por la noche. Es el dormitorio por excelencia de viajeros en Bangkok y se nota por ejemplo en los precios de los taxis que tienen tarifas muy infladas y que no dan su brazo a torcer a la hora de negociar.


Sin embargo, separándote unos pocos metros de Khao San Road puedes pillar un tuk-tuk negociando un precio módico o un taxi con taxímetro que siempre saldrá más barato pese a los insufribles atascos de esta megalópoli.



Aprovechamos la primera mañana en Bangkok para irnos al MBK, un centro comercial gigante de 8 plantas, 2.000 tiendas y 150 restaurantes, visitado diariamente por miles de turistas atraídos por las falsificaciones de relojes, ropa, electrónica, etc.

Pasamos por tanto el día de compras, aunque no da para mucho ya que la compra de una falsificación buena de un reloj a un buen precio puede llevarte entre 2 y 3 horas de regateo y negociación. Como en todo, en las falsificación también hay diferentes niveles de calidad por lo que siempre hay que exigir que saquen la copia "buena" del reloj que quieres comprar.

Al día siguiente, Lonelyplanet en mano, hacemos una mañana de turismo obligatoria por si acaso no tenemos la ocasión de volver a Bangkok. En una mañana se pueden ver muy pocas cosas en una ciudad de 10 millones de habitantes pero es imprescindible ver el Gran Palace y el Wat Pho, el mayor Buda del mundo acostado.






Y más o menos aquí acaba el relato de esta aventura ya que de lo que hicimos el resto del día y la noche tengo vagos recuerdos por no decir ninguno.

Volvemos a España tras otras maratonianas 24 horas de trayectos y con el jetlag en el cuerpo paramos en un pueblo a 30 KM de Madrid, Perales de Tajuña, en el que a las 10 de la mañana nos comemos un chuletón de buey regado con un buen vino con la casualidad de que son las fiestas patronales, lo que nos hace quedarnos unas horas y quemar las últimas horas de fiesta antes de regresar Cartagena.


lunes, 2 de septiembre de 2013

Siem Reap y los templos de Angkor Wat


Abandonamos Phnom Penh sin mucha pena tras hacer una parada técnica de poco más de 24 horas llevándonos la sensación de haber estado en la capital de Camboya en cuanto a turismo sexual. La principales calles de la ciudad están abarrotadas de bares de luces en donde puedes ver con bastante repudio a varones mayores, incluso abueletes, paseando de la mano de menores de edad. Todo lo visto en documentales se queda corto.



El trayecto Phnom Penh - Siem Reap se puede realizar perfectamente en autobus. Perfectamente para aquellos que les guste pasar más de 7 horas en otro autobus camboyano con los asientos rotos y por carreteras con una alta probabilidad de accidente. Después de haber desperdiciado casi dos días de viaje por el delta del Mekong desde la ciudad de Ho Chi Minh hasta Phnom Penh, no dudamos ni un momento en sacrificar el resto de aventura terrestre y coger un vuelo directo hasta Siem Reap.  Nos perdemos horas de viaje, la posibilidad de conocer gente super interesante en el autobús, ver pasar pueblos y arrozales desde la ventana del autobús.... a cambio, por 75 € estamos en 45 minutos en Siem Reap bañándonos en la piscina del hotel.

En Siem Reap ciudad tampoco hay mucho que hacer ni que ver, leemos en la LonelyPlanet que hay una calle llena de bares, discotecas y jaleo que casualmente se encuentra a pocos metros de nuestro hotel, la Pub Street.


Desafortunadamente salimos del hotel a cenar con la convicción de que no podremos hacer una incursión a fondo en esta zona ya que a las 4 de la mañana nos levantaríamos para ir a ver amanecer en los templos de Angkor, única razón por la que venimos a Camboya. Sin embargo en cuanto nos tomamos la primera nos olvidamos de los templos y acabamos con media docena de lolailos (Long Island Iced Tea) en el cuerpo y casi empalmando con una larga, calurosa e insufrible jornada de turismo.

Para visitar los templos debe pagarse una entrada al parque nacional, existen pases de 1, 2 y 3 días. 
 

Nos habían contado que si sólo disponíamos de 1 día para verlos ibamos a ir muy justos y que únicamente seríamos capaces de ver los 3 templos principales dedicando todo el día. Nada más lejos de la realidad y aunque motivados probablemente por la resaca y el calor, conseguimos el record guiness de ver los tres templos en menos de 4 horas. Antes de las 10 de la mañana estabamos de vuelta en el hotel durmiendo.

El primer templo, Angkor Wat, es el más famoso, más grande y mejor conservado de los que integran el asentamiento de Angkor. Está considerado como la mayor estructura religiosa jamás construida, y uno de los tesoros arqueológicos más importantes del mundo. Llegamos a las 5am para presenciar el amanecer y tomar la típica foto de los templos reflejándose en el lago, aunque el día totalmente nublado oculta los primeros rayos de sol, una lástima:



 


Después de visitar Angkor Wat llegamos a la fortaleza de Angkor Thom, un enorme recinto amurallado que incluye varios templos, entre ellos el espectacular Bayón, otro de los platos fuertes de Angkor. Creado según la Wikipedia al estilo budista y conocido sobre todo por sus 54 torres y cerca de 200 enigmáticas caras sonrientes.





Después de visitar los templos nos vamos directos al hotel donde recuperamos las horas de la noche. Tarde de relax por los mecados locales donde compramos alguna pintura y recuerdos locales.