Cuarto día en Vietnam y pese a las lluvias torrenciales nos
decidimos por seguir el itinerario original y dirigirnos hasta la bahía de
Halong, considerada una de las maravillas del mundo. Normalmente la ruta típica
sería ir a Halong City y desde allí contratar un tour por la bahía o
simplemente dejarlo todo contratado desde el hotel. Sin embargo, esta opción es
la que realizan todos los turistas e implica llegar a Halong City y encontrarte
con miles de guiris.
La ruta alternativa, que es por la que vamos nosotros, es
ver la bahía de Halong desde cualquiera de las islas al sur de la bahía. Desde
Hanoi cogemos un bus hacía la isla de Cat Ba pasando por la ciudad de Hai Phong.
Este trayecto, que previamente cuando desde España te documentas parece tan
complicado, no es más que ir a la estación de autobuses de Hanoi y comprar un
billete con destino la Dao Cat Ba
incluyendo un autobús de 2h30m a Hai Phong, traslado en otro autobús al puerto
para coger el speed boat a Catba, y traslado desde el puerto de Cat Ba hasta el
pueblo en el interior. Todo por 240.000 VND, unos 11 USD.
Cat Ba es un pueblo fantasma, existe un puerto con un paseo
orientado al turismo con decenas de hoteles y restaurantes flotantes en justo
en frente del muelle. Sin embargo si te das un paseo por las calles secundarias
nada más que hay pequeñas chozas y mucha pobreza.
Dado que estos días está lloviendo mucho, encontrar hotel
fue fácil ya que te van ofreciendo habitaciones cuando vas andando por la calle
y en estos casos regatear es un juego de niños. Sin mucho esfuerzo conseguimos
dos habitaciones dobles con vistas al mar en unos de los mejores y más nuevos
hoteles del puerto, el Cat Ba Dream, por la ridícula cantidad de 5 USD por
persona y noche.
Aquí en Cat Ba son famosos los restaurantes flotantes donde
en teoría puedes comerte una mariscada por poco dinero. Por la noche le damos
un voto de confianza al que regenta el hotel y nos lleva a uno de ellos que según
él es muy barato. Nada más llegar y ver que estaba vacío, la familia que lo
lleva nos enseña el “marisco” que mantiene vivo en las redes y canastos y rápidamente
decidimos que no queremos tener ir al hospital por ingesta de pescado en mal
estado.
Decidimos por tanto irnos a uno de los que recomienda la guía
LonelyPlanet, el Xoam Hong, que está retirado del pueblo en el muelle de Ben Beo y que cuando llegamos
está totalmente a oscuras. Cruzando el pantalán empiezan a encendernos las
luces y la familia a salir de la cueva para recibirnos y prepararnos una mesa. Sin saber muy bien lo que pedir ya que el
camarero es un crio de no más de 14 años que no habla nada de inglés y la carta está medio en Vietnamita
medio en inglés, pedimos pescado para una boda y debo de decir que ha sido el
mejor lugar donde hemos comido hasta el momento. En especial los dos meros
frescos a la brasa que nos zampamos.