Cuarto día de trekking en el que dejamos atrás Namche
Bazaar, pueblo estratégico de la zona donde se traen desde Kathmandú toda clase
de mercancías, comida, energía en forma de
bombonas de gas, etc, para ser distribuido al resto de pueblos de la
zona del área del Khumbu mediante yaks o porteadores que son capaces de cargar
con hasta 120 kg
de peso.
Como todos los días anteriores nos levantamos con todo el
cielo nublado y lluvia a partir de las 12 de la mañana. Llegamos al pueblo de
Tengboche tras un día fácil de
trekking, entre 5 y 6 horas pero con un desnivel acumulado de casi 1.100 metros ya que
bajamos desde los 3.400
metros hasta el río (2.800) para luego volver a subir hasta alcanzar los 3.900 metros donde
finalmente dormimos.
Es en el punto más bajo del trayecto donde paramos a comer
en una teahouse de un sherpa bastante majo y aprovechamos para darle otra
lección de español a nuestro guía Pasang, lección 2: español para ligar.
El cielo nos da una tregua y en el único claro que hay vemos
la cima del Lothse, cuarta cima más alta del mundo con unos 8.400metros.
Hasta Tengboche, entre yaks y más yaks, miramos atrás y el
paisaje nos da fe de todo lo que vamos andando y subiendo.
Tengboche es un pueblo pequeño, diría que nacido a raíz del
turismo, en el que podemos encontrar varias teahouses e incluso una confitería
donde por la tarde nos damos un homenaje a dulces por el módico precio de 30
dólares. No se si será la confitería más alta del mundo pero seguro que es la
que mejor vistas tiene ya que desde su ventana, en un día despejado, se puede observar
el Everest y el Lothse mientras te tomas un café.
Antes de los pasteles habíamos visitado un monasterio
budista y pudimos acceder al templo mientras 20 o 25 monjes estaban meditando,
sin duda una de los momentos más auténticos del día aunque no pudimos estar
fotos, bastante incómodos estaban los monjes con nuestra presencia sentados en
el perímetro de la sala.
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