Hoy es un día distinto, tras nueve días de rutinaria aventura necesito la ayuda de un mago de la palabra para dar otro punto de vista a la novena jornada donde hemos escalado el Kala Patthar, un pico de 5.545 metros considerado el mirador del Everest. La entrada hoy tiene por tanto la firma del tito Norte.
Todo un honor que acepto encantado. No sólamente por se partícipe junto con mis 3 compañeros de aventuro sino por tener el privilegio de poder escribir estas líneas.
La alarma de mi móvil suena a las 04:30h. ¿Qué día es hoy? ¿Por qué suena la alarma tan temprano? No es habitual, normalmente se activa a las 06:30 o 07:00. Pero sí, son las 04:30h del sábado 27/09/2014 y tenemos que madrugar tanto porque hoy nos espera la ascensión al Kala Patthar.
Hemos dormido en Gorakshep a unos 5.100 metros. La noche ha sido de perros, sin lugar a dudas la peor de todas.
La luterma con la que están construídas las habitaciones de nuestro lodge no amortiguan ni 1 decibélio los tosidos de una de nuestras compañeras de alojamiento. No sabemos quien es, solamente me consta que la habitación anexa a la que comparto con mi sobrino es la simpática y pintoresca pareja de aleman alto y delgado y filipina pequeñita y graciosa.
Debo reconocer que los tosidos de esa chica desconocida llega 1 momento que me preocuparon; pensé "Esta chica no puede aguantar así toda la noche". El cansancio y la altitud hicieron dejar en un 2º plano a nuestra vecina y nuestro instinto hizo que nos centraramos en intentar dormir un poco y en poder respirar, tarea complicada a más de 5 mil metros.
Una vez preparados y sin desayunar nada, salimos tras Pasang a las 5:00h del lodge para dar los primeros pasos camino a la cima del Kala Patthar. Pocos metros depués, adivino que3 no será una tarea fácil. En una total oscuridad yo me quedo unos metros atrás colocándome bien el frontal, cuando vuelvo a mirar adelante sólo veo los 4 puntos de luz de los frontales de Pasang, Luis, Tony y Joaquin.
Aparentemente es poco, tan sólo son 400 metros de desnivel pero el intento frío y sobre todo esta altitud hace que el ritmo de subida no supere en ningún momento una cadencia de un paso cada 2 segundos.
Incluso así, cada pocos minutos necesitamos más inspiraciones que nos aporte inyecciones de O2 extra para poder mantener dicho ritmo. Luis y Tony se adelantan unos metros. Joaquin y yo nos quedamos un poco más atrás con Pasang.
Nuestro guía decide quedarse con el "grupo" (por llamarlo de alguna forma) más retrasado. Sin duda, la experiencia de Luis y Tony en ascensiones del Kilimanjaro y Mont Blanc suponen un punto extra que se nota con respecto a Joaquin y a mí.
Ya está amaneciendo pero no vemos el sol. Aunque la cara Este del Pumori si podemos ver cómo el sol va calentando la nieve. El sol no consigue superar aún el colosal muro que es el Everest.
Después de varias paradas para beber agua y tomar un trozo de barrita energética congelada llegamos a la cima del Kala Patthar. Luis y Tony han llegado nos minutos antes y nos esperan a Joaquin y a mí con voces de ánimo y estrechando nuestras manos. Minutos despúes por fin, vemos cómo el sol empieza a aparecer detrás del pico del Everest.
Mi sobrino Luis me pregunta, ¿ha merecido la pena?. La respuesta no puede ser otra que "por supuesto que sí". Definir con una palabra ese momento es imposible. Gracias Luis por poder relatar este día!
Todo un honor que acepto encantado. No sólamente por se partícipe junto con mis 3 compañeros de aventuro sino por tener el privilegio de poder escribir estas líneas.
La alarma de mi móvil suena a las 04:30h. ¿Qué día es hoy? ¿Por qué suena la alarma tan temprano? No es habitual, normalmente se activa a las 06:30 o 07:00. Pero sí, son las 04:30h del sábado 27/09/2014 y tenemos que madrugar tanto porque hoy nos espera la ascensión al Kala Patthar.
Hemos dormido en Gorakshep a unos 5.100 metros. La noche ha sido de perros, sin lugar a dudas la peor de todas.
La luterma con la que están construídas las habitaciones de nuestro lodge no amortiguan ni 1 decibélio los tosidos de una de nuestras compañeras de alojamiento. No sabemos quien es, solamente me consta que la habitación anexa a la que comparto con mi sobrino es la simpática y pintoresca pareja de aleman alto y delgado y filipina pequeñita y graciosa.
Debo reconocer que los tosidos de esa chica desconocida llega 1 momento que me preocuparon; pensé "Esta chica no puede aguantar así toda la noche". El cansancio y la altitud hicieron dejar en un 2º plano a nuestra vecina y nuestro instinto hizo que nos centraramos en intentar dormir un poco y en poder respirar, tarea complicada a más de 5 mil metros.
Una vez preparados y sin desayunar nada, salimos tras Pasang a las 5:00h del lodge para dar los primeros pasos camino a la cima del Kala Patthar. Pocos metros depués, adivino que3 no será una tarea fácil. En una total oscuridad yo me quedo unos metros atrás colocándome bien el frontal, cuando vuelvo a mirar adelante sólo veo los 4 puntos de luz de los frontales de Pasang, Luis, Tony y Joaquin.
Aparentemente es poco, tan sólo son 400 metros de desnivel pero el intento frío y sobre todo esta altitud hace que el ritmo de subida no supere en ningún momento una cadencia de un paso cada 2 segundos.
Incluso así, cada pocos minutos necesitamos más inspiraciones que nos aporte inyecciones de O2 extra para poder mantener dicho ritmo. Luis y Tony se adelantan unos metros. Joaquin y yo nos quedamos un poco más atrás con Pasang.
Nuestro guía decide quedarse con el "grupo" (por llamarlo de alguna forma) más retrasado. Sin duda, la experiencia de Luis y Tony en ascensiones del Kilimanjaro y Mont Blanc suponen un punto extra que se nota con respecto a Joaquin y a mí.
Ya está amaneciendo pero no vemos el sol. Aunque la cara Este del Pumori si podemos ver cómo el sol va calentando la nieve. El sol no consigue superar aún el colosal muro que es el Everest.
Después de varias paradas para beber agua y tomar un trozo de barrita energética congelada llegamos a la cima del Kala Patthar. Luis y Tony han llegado nos minutos antes y nos esperan a Joaquin y a mí con voces de ánimo y estrechando nuestras manos. Minutos despúes por fin, vemos cómo el sol empieza a aparecer detrás del pico del Everest.
Mi sobrino Luis me pregunta, ¿ha merecido la pena?. La respuesta no puede ser otra que "por supuesto que sí". Definir con una palabra ese momento es imposible. Gracias Luis por poder relatar este día!
No hay comentarios:
Publicar un comentario