Me encantan las montañas y más después de estar en Tokio 4 días. El motivo de ir a Kanazawa no era otro sino el de hacer una ruta por los conocidos como Alpes Japoneses. Estabamos un poco desilusionados porque el pronóstico del tiempo daban tormentas todo el día y prácticamente habíamos descartado esta ruta pero finalmente al despertarnos vimos que la probabilidad de lluvia había bajado y acertadamente nos la jugamos.
La ruta alpina Tateyama-Kurobe es una popular ruta de unos 90km que conecta Tateyama (prefectura de Toyama) con Shinano-omachi (prefectura de Naganao) y que cruza una cadena montañosa mediante trenes cremallena, trolebús, trenes, autobuses y teleféricos. La travesía puede hacerse en ambos sentidos pero el sentido más habitual es desde Tateyama a Shinano-omachi y cuesta en total unos 108€.
Al salir se ve la impresionante presa de Kurobe.
La ruta alpina Tateyama-Kurobe es una popular ruta de unos 90km que conecta Tateyama (prefectura de Toyama) con Shinano-omachi (prefectura de Naganao) y que cruza una cadena montañosa mediante trenes cremallena, trolebús, trenes, autobuses y teleféricos. La travesía puede hacerse en ambos sentidos pero el sentido más habitual es desde Tateyama a Shinano-omachi y cuesta en total unos 108€.
El día no es perfecto, está nublado, pero aún perdiéndonos algunas de las vistas la ruta es espectacular y 100% recomendable. Llegamos a la estación de Dentetsu Toyama sobre las 8:15 de la mañana y es muy fácil encontrar la oficina de la compañía que vende los tickets. Todo está indicado incluso para mandar las mochilas con una compañía directamente a destino por unos 10€.
La primera etapa es un "cable car" o tren cremallera que sube a Bijodaira en unos 7 minutos.
A continuación hay un trayecto en autobús de unos 50 minutos que asciente hasta Murodo por el espectacular altiplano alpino de Midagahara Kogen. Desde allí se puede hacer una parada y hacer un pequeño trekking alrededor de unas lagunas y una caldera donde se ven inextinguibles fumarolas de azufre.
Posteriormente se atraviesa en trolebús el monte Tateyama (3.7 km) hasta Daikanbo y desede allí el teleférico de Tateyama desciende 488 m hasta la Kurobe-daira entre impresionantes vistas del valle.
Al salir se ve la impresionante presa de Kurobe.
Desde la estación de Shinano-omachi cogemos el tren a Matsumoto donde haremos noche. Matsumoto es probablemente una de las ciudades más bonitas de Japón, con su castillo, calles, galerías, cafés y vistas. Allí nos quedamos en otro backpackers a la orilla del río regentado por un francés muy amable que nos planifica el resto de día. Comida local típica basada en arroz, vegetales, ternera y curry, la visita estrella al castillo Matsumoto-jo y antes de dormi un baño en un tradicional onsen japonés.
El castillo es de lo más impresionante que he visto en Japón hasta ahora, recomendable esperar al atardecer cuando éste se iluma.
Lo del baño en el onsen es peculiar y obligatorio si uno quiere integrarse con la cultura local. No recomendable para alguién con pudor ni ningún tipo de vergüenza. Nada más entrar te desnudas y pasas a una sala de lavado donde te sientas en una silla de 40 cm a pocos centímetros de otros japoneses. Sentado en esa minisilla tienes todo lo que necesitas: un espejo delante tuya, un cubo de agua, un grifo, jabón y champú, un mango de ducha y la minitoalla que tienes que traerte. Lo que no tienes ahi es dignidad. Sentarse a ambos lados de japoneses desnudos lavándose los huevos es una experiencia única pero necesariamente olvidable.
De ahí, limpio y reluciente, pasas a las zonas de pisicinas de aguas termales. Hay una zona interior y otra exterior con diferentes temperaturas. Hay silencio pero de vez en cuando se entablan algunas conversaciones, algunas de ellas puede que cuestionen la presencia de un hombre con tatuajes en el onsen ya que en casi todos los onsen éstos están prohibidos ya que en la cultura nipona se asocian a la yakuza (mafia japonesa).
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