Kilimanjaro

Kilimanjaro

jueves, 8 de agosto de 2013

Hoi An y el santuario de My Son

El segundo día en Hoi An no podíamos pasarlo otra vez de resaca por lo que la noche anterior nos damos una vuelta para ver el atardecer y acostarnos a una hora prudente.



Por la mañana madrugamos y sobre las 8am alquilamos justo en frente del hotel unas motos para ir a los templos de My Son. Se trata de los restos de una antigua ciudad imperial del reino de Champa que floreció durante los siglos IV al XIII, estos restos arqueológicos, de los más importantes de la civilización Cham, han sido declarados por la UNESCO como patrimonio de la humanidad.

Por 5 USD por persona alquilamos una moto tipo scooter y llenamos los depósitos por 4 USD para todo el día. Los templos se encuentran a unos 30 km de Hoi An y el trayecto en moto fue una de las experiencias del viaje ya que por un día te sumerges en el tráfico caótico de la zona como un vietnamita más, visitando muchos pueblos y paisajes que de otro modo no hubiéramos conocido. Los primeros kms del trayecto son un poco confusos y hay un par de bifurcaciones que no están muy bien señalizadas aunque no hay problema parando a preguntar cada dos o tres kms ya que la gente es muy amable y al ver a un occidental en moto ya saben a dónde te diriges.


Desde mi punto de vista los templos me fueron una decepción ya que están en un estado de conservación penoso y parte de ellos están reconstruidos lo que resta autenticidad. 





Me arrimo a un grupo organizado y le escucho al guía decir que My Son significa "Beautiful montain", que se construyeron en el siglo IV por tribus de Indonesia que vinieron a Vietnam y que en el siglo XVI se destruyeron por una guerra de....  ya no me enteré ya que el calor insoportable me hizo refugiarme en la sombra y pedirme una cerveza bien fría.


De vuelta a Hoi An aprovechamos las motos para irnos algunos a la playa y darnos un baño...


Y como queda algo de gasolina en el depósito exploramos un poco las zonas no tan turísticas de Hoi An hasta que un lugareños nos hace gestos como que nos vayamos de esa zona. Me quedo con la foto de un cementerio vietnamita, el primero que veía.


Ya que nos encontrábamos fuera de la parte turística nos proponemos encontrar un sitio para comer, lo más local a la par que desagradable que podamos y lo finalmente lo conseguimos. En lo que parece una cochera sucia donde hay una mujer haciendo algo encima de unas brasas nos paramos sin dudar y probamos una especie de rollitos de sardina que no estaban nada mal.


Hoi An es conocida también por ser una ciudad repleta de pequeños negocios de sastrería en la que te puedes hacer un traje a medida por poco dinero comparado con lo que costaría en España. No lo dudamos y durante el día visitamos hasta tres veces la sastrería para que nos midan y probarnos el traje que finalmente nos llevamos en la maleta.





No hay comentarios:

Publicar un comentario