Nos depedimos de Vietnam desde la Ciudad de Ho Chi Minh pensando que deberíamos haber dedicado todo el tiempo del viaje a este país, a ir más tranquilos y a descansar en sus playas paradisiacas que casi no pisamos. Pero seguimos nuestra hoja de ruta hacia Camboya, entrando por el sureste a través del rio Mekong hasta llegar a la capital del país, Phhom Penh.
Para ello, desde Ho Chi Minh cogemos un bus con destino a Chau Doc, pueblo flotante situado a pocos kilómetros de la frontera con Camboya. Este autobus resultó ser, otra vez, un calvario. En este país la misma compañía de autobuses miente en cuanto al tiempo del trayecto y lo que eran 5 horas se pueden convertir en 7.
De camino a Chau Doc hacemos un tour en barca por el mismo delta del Mekong donde están los famosos y esperados por nosotros "mercados flotantes".
Este era el motivo por el que decidimos cruzar a Camboya por tierra en vez de coger un avión y sinceramente fue un gran error. El asiento del autobus roto, trayectos interminables por carreteras que dan pena y agotables paradas turísticas en pueblos artesanos para sacarte la pasta. Los famosos mercados resultaron ser no más de 2 docenas de barcas en medio de un rio sucio vendiendo patatas y melones.
Seguimos navegando por el río hasta llegar a un restaurante en medio de la jungla donde probamos un pez "Elephant Ear Fish" y nos visita una "pequeña pitón" por al lado, cosas que pasan en la selva.
Antes de llegar a Chau Doc también paramos en una granja de cocodrilos...
Una vez que llegamos a Chau Doc tras 7 u 8 horas de transportes y paradas, no hay mucho que hacer. Es un pequeño pueblo que se extiende a lo largo del río en donde nada más que se ve pobreza. Nuestro hotel, el que estaba incluido en el tour, es un hotel flotante en el río y las habitaciones dejan mucho que desear. Para quitarnos un poco la sensación de asco salimos a buscar un lugar para cenar y descubrimos un hotel de 4 estrellas francés con un buen restaurante y sin dudar nos damos un homenaje.
Al terminar nos acordamos que antes de reservar el tour ya teníamos un hotel reservado a través de Internet aquí en Chau Doc y decidimos jugarnosla y cambiarnos de hotel separándonos del grupo, lo que fue un acierto ya que el otro hotel que ya teníamos pagado sí era para personas.
Al día siguiente nos esperaba nada más y nada menos que otra maratoniana jornada de viaje en barco desde Chau Doc hasta Phonm Penh. Por supuesto que nos decantamos por la opción "cara", la del Fast boat, pero rápidamente nos dimos cuenta que el concepto "fast" no es el mismo en el sudéste asiático. Entre paradas en los dos pasos fronterizos, tardamos en llegar a Phonm Penh unas 6 horas, 6 largas horas metidos en una lata de sardinas que si no llega a ser por la agradable conversación con una señora chilena muy simpática, se nos habrían hecho aún más eternas.
Una vez llegados a la capital, despues de malgastar 2 días de viaje nada más que en transportes, tenemos las fuerzas justas como para dar gracias por haber cogido un hotelazo con piscina y poder disfrutar de ella.
Por la noche nos acercamos a un restaurante local a probar los platos camboyanos y como siempre nos darmos una pequeña vuelta para conocer la vida nocturna de la ciudad.
Para ello, desde Ho Chi Minh cogemos un bus con destino a Chau Doc, pueblo flotante situado a pocos kilómetros de la frontera con Camboya. Este autobus resultó ser, otra vez, un calvario. En este país la misma compañía de autobuses miente en cuanto al tiempo del trayecto y lo que eran 5 horas se pueden convertir en 7.
De camino a Chau Doc hacemos un tour en barca por el mismo delta del Mekong donde están los famosos y esperados por nosotros "mercados flotantes".
Este era el motivo por el que decidimos cruzar a Camboya por tierra en vez de coger un avión y sinceramente fue un gran error. El asiento del autobus roto, trayectos interminables por carreteras que dan pena y agotables paradas turísticas en pueblos artesanos para sacarte la pasta. Los famosos mercados resultaron ser no más de 2 docenas de barcas en medio de un rio sucio vendiendo patatas y melones.
Seguimos navegando por el río hasta llegar a un restaurante en medio de la jungla donde probamos un pez "Elephant Ear Fish" y nos visita una "pequeña pitón" por al lado, cosas que pasan en la selva.
Antes de llegar a Chau Doc también paramos en una granja de cocodrilos...
Una vez que llegamos a Chau Doc tras 7 u 8 horas de transportes y paradas, no hay mucho que hacer. Es un pequeño pueblo que se extiende a lo largo del río en donde nada más que se ve pobreza. Nuestro hotel, el que estaba incluido en el tour, es un hotel flotante en el río y las habitaciones dejan mucho que desear. Para quitarnos un poco la sensación de asco salimos a buscar un lugar para cenar y descubrimos un hotel de 4 estrellas francés con un buen restaurante y sin dudar nos damos un homenaje.
Al terminar nos acordamos que antes de reservar el tour ya teníamos un hotel reservado a través de Internet aquí en Chau Doc y decidimos jugarnosla y cambiarnos de hotel separándonos del grupo, lo que fue un acierto ya que el otro hotel que ya teníamos pagado sí era para personas.
Al día siguiente nos esperaba nada más y nada menos que otra maratoniana jornada de viaje en barco desde Chau Doc hasta Phonm Penh. Por supuesto que nos decantamos por la opción "cara", la del Fast boat, pero rápidamente nos dimos cuenta que el concepto "fast" no es el mismo en el sudéste asiático. Entre paradas en los dos pasos fronterizos, tardamos en llegar a Phonm Penh unas 6 horas, 6 largas horas metidos en una lata de sardinas que si no llega a ser por la agradable conversación con una señora chilena muy simpática, se nos habrían hecho aún más eternas.
Una vez llegados a la capital, despues de malgastar 2 días de viaje nada más que en transportes, tenemos las fuerzas justas como para dar gracias por haber cogido un hotelazo con piscina y poder disfrutar de ella.
Por la noche nos acercamos a un restaurante local a probar los platos camboyanos y como siempre nos darmos una pequeña vuelta para conocer la vida nocturna de la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario