Tras muchos días de lluvia y la llegada ayer a la isla de
Cat Ba, donde el trayecto en bus desde el muelle hasta el pueblo donde no paró
de caer agua y parecía que se iba a inundar todo, ayer mañana amaneció casi
despejado y un sol de justicia propio del verano mediterráneo. Tras el
desayuno/comida típico de noodles con ternera y rollitos vietnamitas (que luego
pasaron factura) buscamos una agencia en el mismo puerto para organizarnos un
tour privado en barco por Halong Bay.
Normalmente todos los barcos zarpan a las 8am y ya eran las
10 por lo que negociamos rápido un barco y un guía y empezamos lo que hasta hoy
ha sido el mejor día en Vietnam.
El paisaje de la bahía de Halong es simplemente
impresionante, cualquier foto o video que haya visto antes de venir no
transmite ni el 20% de la espectacularidad de este entorno de miles de islotes
de piedra caliza rodeados de un mar verde esmeralda.
Dado que salimos desde la isla de Cat Ba y decidimos no
madrugar mucho ya que, como siempre, optamos por conocer también la vida
nocturna del pueblo y tomarnos los incontables Long Island Iced Tea, no tenemos
tiempo suficiente para que el barco llegue al norte de la bahía donde se
encuentran dos de las cuevas más famosas de la zona.
Contratamos un tour que incluye la
Lah Bac Bay (o algo así), una cueva de Tien
Ong y la Monkey Island
o isla de los monos.
Durante todo el camino vemos pueblos flotantes y pescadores
que viven en medio de la nada, en plataformas flotantes de pocos metros
cuadrados subsistiendo únicamente de lo que pescan en la bahía.
Hacemos la parada en la cueva de Tien Ong que desde mi punto
de vista me hace pensar en que no es un mal mayor no poder llegar al norte y
ver las otras cuevas. En España tenemos
cientos de cuevas más espectaculares pero aquí explotan y sacan dinero de
cualquier cosa.
Posteriormente hablando con la tripulación del barco
comentamos que practicamos escalada en roca y nos ofrece ir a un sitio a escalar con caídas al agua. En su
pobre inglés negocia con nosotros un precio de unos 3 USD por barba y nos
engaña diciéndonos que nos dejarían los pies de gato cosa que luego nos dimos
cuenta que era falso. No obstante, por hacer un poco el mono y aprovechar para
darnos el primer baño, probamos a trepar un rato hasta que las plantas de los
pies dijeron basta.
Finalmente hacemos una parada en Monkey Island donde
disfrutamos de un baño inmejorable con un paisaje de película.
Vuelta al pueblo de Cat Ba, insaciables como somos, salimos
de fiesta hasta las 6 de la mañana y acabamos bañándonos en una playa de
madrugada con un grupo de gente que conocimos, otro de los momentos a recordar
sin duda de este viaje.
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