Kilimanjaro

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viernes, 9 de agosto de 2013

LLegamos al sur: Ciudad de Ho Chi Minh

Después de tres días en Hoi An y hacernos un traje a media volamos nuevamente al sur de Vietnam, a la ciudad de Ho Chi Minh City, antigua Saigón.


Nos quedan ya pocos días en Vietnam antes de cruzar la frontera hacia Camboya aunque nada más llegar nos encontramos con nuevas lluvias y un tráfico caótico.  Había leído por ahí que la Ciudad de Ho Chi Minh alberga un record guiness de mayor concentración de motos del mundo. Se contabilizan hasta 6 millones de motos para una población de 8 millones de personas, y esto lo apreciamos nada más llegar al Distrito1.


Aprovechamos las pocas horas sin lluvia que tenemos por la tarde para irnos al famoso mercado de Ben Thanh, 13.000 m2 de superficie en las que dicen que si no encuentras algo hay es que no existe. Destacables son las tiendas de falsificaciones de relojes en las que se pueden encontrar por 60 dolares copias casi perfectas de relojes que cuestan 9.000.



El hotel que reservamos (Blue River 2) que por Internet tenía muy buena pinta resultó estar en un suburbio del District 1 y para entrar en él había que pasar por un callejón con unos olores desagradables. Finalmente decidimos quedarnos allí principalmente por la hora que era y para cenar buscamos un restaurante local en el que pudieramos probar cosas distintas. Principalmente ibamos buscando comer serpiente, que nos habían contado que la mataban delante tuya y con la sangre de la misma te preparaban una especie de brebaje.

Así encontramos el Quan Phu que está en el 18 de Cach Mang Thang 8, casi en el cruce de Nguyen Thi Minh Khay, yendo desde el mercado de Benh Thanh. Allí no se encuentra ningún turista, sólamente gente local que no habla ni una palabra en inglés.
Dentro del local tienen varios acuarios y terrarios con diferentes especies de bichos: iguanas, tortugas, sapos, peces... y tu eliges lo que quieres probar. Como no vimos ninguna serpiente lo preguntamos por gestos y tras hacernos esperar un rato sale un vietnamita con una serpiente en la mano tasándola en  1.200.000 dongs, unos 60 dólares.


Como este precio nos parece insultante para no ser ni una cobra :) pasamos de la serpiente y nos decantamos por otros platos en la carta. Al final nos comimos una linda tortuga, un sapo, una ración de cocodrilo y algunos platos más locales, todos ellos exquisitos (dejando el pudor aparte tras ver el aspecto de la cocina).




Después de cenar en este restaurante tan auténtico y de calle por poco más de 1.200.000 dongs los cuatro, nos vamos a tomarnos un mojito al pub de la planta 23 del hotel Sheraton donde disfrutamos de una bella panorámica del skyline de la Ciudad de Ho Chi Minh, por casi el mismo precio que la cena.





Al día siguiente, y último día en Saigón, nos apuntamos a un tour para ir a ver los túneles de Cu Chi que se encuentran en la parte noroeste de la Ciudad de Ho Chi Minh, a 40 minutos del centro de la ciudad. Los túneles de Cu Chi es una visita turística interesante para conocer de primera mano la historia reciente de Vietnam, las guerras de Vietnam e Indochina y sobre todo, el ingenio Vietnamita y las claves de la victoria contra los americanos.

La visita a los túneles, dado que la hacemos con un tour-operador, implica meternos en un carrusel de autobuses llenos de turistas donde las paradas a tiendas para que compres son inevitables. De camino paramos en unos talleres de artesanía donde personas discapacitadas en la mayor parte crean obras de arte.

Al principio estamos muy desencantados con el tour, incluso arrepentidos de no habernos venido por nuestra cuenta. Sin embargo, ya en el autobús conocemos a Mr. Bean, nuestro guía, que nos hará vivir uno de los días más aprovechados de nuestras vidas. Mr. Bean es un veterano de guerra que combatió en la guerra de Vietnam del lado americano, ayudándoles a petentrar por los terrenos locales y a conocer al enemigo. Como si de una enciclopedia hablante se tratara nos explica cómo fue realmente el conflicto y lo que vivió él en primera persona contándonos anécdotas de compañeros suyos realmente duras que nos hacen reflexionar. Durante todo el día nos repite una y otra vez la misma frase "Recordad, en esta como en todas las guerras, nadie ganó".

En Cu Chi comprobamos de primera mano cómo eran los túneles que construyeron los Viet Cong para esconderse bajo tierra de la jungla de los americanos, túneles de 3 pisos en donde vivian, dormían y cocinaban y que junto al material arcilloso del suelo de la jungla explican la ineficacia de los bombardeos de napalm que llevaron a cabo los americanos para erradicar de una forma siniestra todo rastro de vida en la selva.



Nos metemos y cruzamos "sólo" 100 metros de túneles que están abiertos al público, 100 metros de horror no apto para claustrofóficos en cuclillas donde medimos de primera mano las dimensiones que tenían que hacían imposible que los americanos, el doble de grandes que los vietnamitas, entraran y los siguieran.

Por último, y para todos nosotros lo mejor del día, nos dirigimos a un campo de tiro dentro de las instalaciones donde podemos disparar con muchas de las armas reales que se usaron en la guerra de Vietnam y con fuego real! Según nos cuenta Mr. Bean, sólo aquí en Cu Chi y en otro lugar de Camboya existe la posibilidad para los turistas de disparar con fuego real.
No lo dudamos y compramos 3 cargadores de 10 balas para el AK-47 y el M-16, dos armas clave en el desenlace de la guerra. Una experiencia única.



Por último para cerrar nuestra estancia en Ho Chi Minh City vistamos rápidamente el museo de la guerra, que tampoco tiene muchas diferencias con el de Hanoi.





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