En el Uhuru Peak, a 5.895 m |
QUE SI! LO CONSEGUI!! Hice cima ayer a las 8:00 tal y como lo constata el diploma que me ha dado el parque nacional del Kilimanjaro.
Pongo que lo conseguí en mayúsculas ya que no fueron pocos los momentos que pensé en que no lo iba a hacer, muchos instantes en el que el frío, el cansancio y la altura me hicieron dudar en darme la vuelta.
Como os comentaba, después de una larga jornada el día anterior y sin dormir debido a la altura y a la ansiedad, comenzábamos el ataque a la cima a eso de las 0:30. A las 23:30 nos traían algo de desayuno y té aunque la falta de apetito asociada a la altura me obligó a rechazarlo.
Una vez fuera de la tienda y tras enfrentarnos al desafiante frío empezamos la ascensión encontrando un hueco en la larga cola de personas que madrugaron más que nosotros y que dibujaban en la oscuridad de la montaña una serpiente de luces zigzagueando a lo largo de toda la subida. En ese momento pensé que me unía a la procesión del silencio de la Semana Santa de Cartagena, pero sin trono.
En un momento que me giro para a trás |
A los pocos metros de empezar y casi sin calentar nos topamos con una pendiente insultante que no cesaría hasta la cima. Nos quedaban entonces alrededor de 7 horas de rompe piernas con intermitentes secciones en las que hacía falta algo de trepada.
Yo no tardé en darme cuenta de que estaba metido en un “fregao” en el que nunca me había visto envuelto y desconocía cual sería mi límite físico.
A las pocas horas, ya por encima de los 5.000 metros, la respiración era una tarea imposible. Todavía congestionado por la alergía (la concentración de polvo en el aire es muy elevada), se me hacía aún más difícil respirar y cada paso era un proyecto con principio y fin.
Llevábamos 3 horas de ascensión cuando me sobrevino otro golpe psicológico. Mi compañero de ascensión tenía los dedos de los píes congelados y decidía dar marcha a tras. Intenté empujarle hasta la cima con argumentos que no sólo iban dirigidos a él sino a mi mismo ya que no lo veía claro, pero creo que tomó la decisión correcta ya que el frío fue a peor cada minuto que pasaba.
Esta situación no fue la primera vez que me pasaba, por lo que la asocié a otros retos en los que continué solo con éxito y seguí la marcha con el guía asistente, Valerian, un joven tanzano de 24 años que chapurreaba un poco inglés.
Las siguientes horas fueron eternas, sólo concentrado en dos cosas: mover continuamente todos los dedos de manos y pies para combatir el frío y llevar una respiración profunda y muy frecuente para darle combustible a las piernas. El reloj parecía parado, los minutos no pasaban y el amanecer pareció durar días.
No tenía fuerzas para andar, pero esto había que fotografiarlo |
Al cansancio y la altitud, se unió el desafortunado ayuno y la imposibilidad de beber agua ya que el camelback y la botella de agua que iban en la mochila no tardaron en congelarse. Sin duda alguna esto fue el peor ingrediente en el agitado cóctel que era mi cuerpo.
Llegando ya a Stella Point, última cumbre antes de llegar a la cima, amaneció y los primeros rayos de sol me dieron la fuerza necesaria recorrer los últimos 30 minutos de travesía al Uhuru Peak (5.895m).
Esos 30 minutos se hicieron eternos y ese trayecto fue como ver una película a cámara lenta. Los rostros de la gente (incluido el mío) eran un poema. Gente parada respirando, gente en el suelo, otros casi llevados a cuestas por el guía, alguno llegando con oxígeno….
Cuando llegué a la cima me tope con una cola de supermercado para echarme la típica foto, y más sorprendentemente a la mujer de 85 años que nos acompañó en casi toda la ascensión. No pude contenerme en aplaudirle.
Encima de mí, el Monte Meru |
Y ahí acababa la historia, pasada la alegría de la cumbre y echar las pertinentes fotos, me paré en seco, abrí los ojos, erguí el cuello y me pregunté…¿cómo bajo de aquí ahora?
ENHORABUENA!!!!!! ya ha pasado todo, algo inolvidable para ti, me alegro un güevo!!!!. Ahora a descansar y disfrutar de la otra tanzania.....
ResponderEliminarUn abrazo.!!!
Carlos
Tio eres una máquina. Al final te has salido con la tuya, muchisimas felicidades.
ResponderEliminarEnhorabuena !! Un abrazo. Trucho
Enhorabuena!!!. Pabajo a descansar y a disfrutarlo. Muchas felicidades. Un abrazo. Gaby
ResponderEliminarCongratulations maquina total!!! Ya has empezado a conocer y sufrir la alta montaña, ya tienes una de las 7 grandes. Saborea el exito y a por la siguiente.
ResponderEliminarun abrazo
Pedro SCM
Comparto vuestra alegría. Enhorabuena!! Un abrazo campeón!! Eres grande, Luis, muy grande.
ResponderEliminarMe sumo a las congratulaciones!!! Algo para la historia!
ResponderEliminarPD: Cuidame al toni!
Tío, me repito como en facebook ¡¡¡enhorabuena!!!
ResponderEliminarTras leer el relato de tu última ascensión tengo que comentar que me parecía un reto increíble esta aventura, de esos típicos imposibles que sólo unos cuantos superan para que el resto descubramos que lo imposible es simplemente posible pero con el "im" delante... "IM" que solo unos pocos valientes como tú se atreven a eliminar...
No me puedo ni imaginar lo que habrás pasado, pero estoy segurísima de que te ha merecido la pena al llegar a la cima...
¡Besazos!
Rochi
PD: ¿Le has hecho foto a la señora de 85 años? Quiero verla... no sé, me he quedado K.O
Gracias Rochi! No es que sea esto el everest ni nada por el estilo, pero para mi como si lo fuera. Sobretodo porque vivimos a nive del mar y no sufrimos mucho mas tanto la altitud como el frio. Por eso el reto es mayor.
ResponderEliminarLa mujer de 85 años sale en la penultima foto del post
Amigo!! me alegro mucho. Lo que has hecho es muy grande.
ResponderEliminarNo hay alegria y gozo sin sufrir antes...
Un abrazo.