Tras muchas horas comprimido en el autobus y comiendo tierra, me doy cuenta de que estamos llegando a Nairobi porque la carretera ya es de mejor calidad, hay marcas viales pintadas en ella, diviso muchas cementeras a ambos lados de la vía, el número de coches y su calidad aumenta, veo edificios de más de dos pisos, y percibo posters publicitarios de bancos, inmobiliarias y soluciones I.T. para empresas. No hay duda, hemos llegado al dulce capitalismo. Me contaba Felix que Tanzania y Kenya no se llevan muy bien, una vez intentaron crear como una especia de Unión Europea entre Kenya, Uganda, Ruanda, Etiopia y Tanzania (quizá me dejo alguno) pero Kenya no quiso estar bajo el mismo techo que sus vecinos tanzanos. Él criticaba el capitalismo kenyatta y la calidad humana de su gente alavando de otro lado al socialismo de su país y a la bondad de su pueblo. Desde mi perspectiva humilde y objetiva, Felix tenía razón en una cosa: quizá su gente viva más tranquilamente y se perciba una mayor simpatía, pero también viven en la más absoluta misería mientras que aquí, en Nairobi, se respira riqueza y modernidad.
Tras 15 días en Tanzania y haber cumplido el principal objetivo del viaje, llegar a la cima del Kili, y posteriormente regalarme un safari animal y cultural por todo el noreste del país, ¿por qué me pego la paliza de autobus para venir a Nairobi sólo para 1 día y medio? La respuesta es sencilla, para cenar en un restaurante llamado "The Carnivore", parada obligada en la gira Africana por recomendación de un crack, Pedro SCM.
Así, nada más llegar a la capital realizamos la reserva para la cena y allá que vamos. Se trata de este tipo de restaurantes en los que tienes una banderita puesta en tu mesa y mientas que esté arriba los camareros van pasando con espadas llenas de carne y te van sirviendo. Las espadas se colocan en la barbacoa central y la carne se asa al estilo Masai. Así puedes comer la cantidad que desees hasta que bajes la bandera en señal de que no te cabe más.
La barbacoa central de The Carnivore |
Dentro del menú, empiezan a servirnos ensaladas y una sopa de primer plato. En ese momento llamo la atención del camarero y le pregunto cuál es el nombre del restaurante; el camarero se queda un poco descolocado pero responde "the Carnivore", a lo cual le contesto que entonces se lleve "tó" lo verde y la sopa que yo he venido a comer carne y no voy a malgastar ni un centímetro cúbico de mi vacío estómago (ni desayune, ni tampoco comí) en nada que no esté pinchado en una espada.
Pues no somos nadie los cartageneros! Parte del truco de este sistema de "come hasta que rebientes" es ponerte muchos entremeses, una sopa que te quita la mitad del apetito, e innumerables cosas para picar. Todo esto se lo llevo sin tocarlo, ibamos bien mentalizados.
Típico camarero sirviendo desde su espada de carne |
De esta manera, terminó la primera ronda en la que todos los camareros pasaron por nuestra mesa con todos los tipos de carne disponibles. Nos preguntan si estamos bien y le digo que como entrante no ha estado mal pero cuándo viene el primer plato. Diría que el camarero se asustó, pero mejor decir que se asustó de verdad cuando sucedió lo mismo en la 2ª y la 3ª ronda en la que tengo que admitir que si me llego a comer un trozo más de carne hubiera muerto automáticamente.
Nosotros esperabamos comer allí carne de ñu, cebra, y otros animales "raros" aunque al final nos conformamos con avestruz y cocodrilo (que por cierto sabe a pollo) a parte del delicioso cordero, antílope, cerdo africano, pollo, ternera, pavo, toro, etc. Según nos comentó el camarero, el gobierno les prohibió hace unos años comprar carne de ñu y cebra debido a las protestas de grupos conservacionistas y proteccionistas.
En fin, dejamos el Carnivore con la sensación de haber pagado los mejores ~50 euros (incluye el menu + vino que es muy caro aquí) de todo el viaje y casi arrastrándonos nos vamos al hotel a descansar.
Kenyatta International Conference Centre |
Esta mañana nos hemos dado una vuelta por Nairobi city visitando la Kenyatta International Conference Centre que no es más que una torre muy grande de negocios siendo probablemente el 2º o 3er edificio más alto de la ciudad. Pagando unos 400 chelines (unos 6 dolares) por cabeza, subimos al mirador de la torre para fotografiar desde allí la ciudad.
Vistas aéreas de Nairobi |
Más de lo mismo |
Inmediatamente después, y ya con los pies en tierra firme, nos dirigimos a un mercado masai que divisamos desde la torre. Tras quitarnos de encima al enjambre de locales intentando llevarnos a sus puestos, intento encontrar un collar no demasiado cantoso para la cuñada y la Chusa pero lamentablemente tengo que decir que no me gustó ninguno. Otra vez será.
Mercado Masai |
Sí que nos animamos a comprar algunas pinturas típicas de Kenya que resumen brillantemente parte de nuestro viaje. Tras regatear durante una hora con el vendedor y artista, las sacamos por poco más de 1/5 de los que nos pedía. Tengo que dejar de utilizar la táctica de decir que soy estudiante y que no tengo dinero cuando luego me ven con la Nikon D90 y la Blackberry.
Puesto de cuadros |
Por último decidimos irnos al hipódromo ya que según la LonelyPlanet, los domingos hay carreras de caballos. No hay mucho más que hacer un domingo por aquí excepto meterte en una iglesia a que un reberendo te grite Jesus is Great!! (se escuchan por toda la ciudad, como si fueran conciertos al aire libre), por lo que nos vamos al hipódromo aunque para nuestra desgracia hoy no había carreras sino un partido de Polo. Como no nos interesa ver a caballas corriendo detrás de una bola, volvemos al hotel en donde acaba esta pequeña narración.
El Polo, un deporte muy interesante....para quién le guste |
Mañana nos recogen a las 5:00 am para ir al aeropuerto, nos vemos en España!!
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